Blogia
tourette

Cuando sonrío apretando los dientes como un perro...

lunes, diciembre 26, 2005

He pasado un par de días en el barrio en el que crecí. Es normal que la gente en estas fechas vaya a ver a la familia y tal, pero la única familia que tengo allí es mi madre, y ya iba siendo hora de hacerle una visita a la pobre mujer. La fecha era lo de menos. Además, echaba de menos a muchos colegas.

Así que allí me planté el sábado. El viaje en autobús fue relativamente rápido, aunque se me hizo eterno pensando en mis movidas.

Cuando llegué, lo primero que me sorprendió es que hacía un frío del carajo. Estaba perdiendo la costumbre de ese frío que te paraliza y te agarrota todos los músculos. Sobre todo, se nota en la nuca. Es el invierno, que te pisa los talones.

Es bonito caminar por la calle en días así, cuando no ha nevado pero todo está cubierto de escarcha y te sientes como si entraras en un mundo de cristal gélido. Caminaba deprisa, comprobando aliviado que mis botas nuevas no resbalan facilmente, y expulsando bocanadas de vaho a cada paso. Una gozada, vamos.

Además de ver a mi vieja, estuve con colegas a los que hacía tiempo que no veía. Por la noche nos llegamos a juntar más de diez en un momento en el mismo bar (hay colegueo con la camarera, además de que la llenamos el garito, jeje).

Hoy me he levantado pronto expresamente para poder darme una vuelta. Tenía ganas de deambular un rato por ahí, llevo un tiempo en plan nostálgico.

Paseé por el barrio, llegué a la estación de tren, pasé por la calle de detrás por la que tantas noches he tenido que correr, crucé las ruinas de la casa abandonada en la que me colé una noche para pintar, bajé por la cuesta del instituto del que me expulsaron y que luego abandoné, me crucé con aquella chica tan guapa del instituto de la que debería haberme enamorado y no lo hice, y así llegué a lo que era una explanada en la que hacíamos botellones, y seguí caminando hasta el polígono industrial.

A esas horas había mucha bulla, pero cuando yo lo cruzaba para ir a mi segundo instituto, estaba prácticamente vacío, y cada mañana sólo me acompañaba una manada de perros abandonados, que se cruzaban en mi camino una y otra vez, y me seguían de lejos, espiándome.

He dado muchas vueltas, y me pareció volver a verme en aquellos años en los que me pasaba el día pateándome la calle, flaco, vestido con aquella chupa negra que me compré porque no me llegaba para una de cuero, con un cigarro colgando siempre de la boca, caminando deprisa y con los puños cerrados en los bolsillos.

Quizá, si alguien me veía caminar desde el final de la calle, yo también le parecía un perro abandonado.

Pero hoy he vuelto lamiéndome las heridas, contento de haber estado con mi manada.

Looked in the mirror, saw I was wrong,
If I could get back to where I belong, where I belong.


Something Must Break, - Joy Division

posted by On @ 10:40 PM
1 Comments:

Alex said...

Estas navidades de regalo una bufanda para que ya nunca mas tengas frio en la nuca ;-)
mar dic 27, 11:20:27 AM 2005

0 comentarios