el retorno del guerrero II
Hacía más de tres horas que no recibían noticias del Centro de Control. La piloto, Abigail Adams, se mostraba inquieta. Era la primera vez que se veía forzada a aterrizar sin contar con toda la información de Control actualizada, así que tenía que confiar en que todos los datos hubieran sufrido sólo pequeñas variaciones.
En la parte posterior, el tripulante que los rusos habían aportado a la misión, teniente Victor Serge, se afanaba en intentar recuperar las comunicaciones sin éxito.
Pero Morgan no estaba preocupado. Al fín y al cabo, Abby acumulaba casi tres mil horas de vuelo, así que no merecía la pena ponerse nervioso. Si era posible aterrizar, ella podía hacerlo.
En cuanto a Serge, era hiperactivo, y más valía tenerle entretenido en algo que (a estas alturas ninguno lo dudaba) era imposible conseguir, que soportarle dando vueltas por el orbitador.
Ya unos días antes del despegue había tenido la sensación de que algo no marchaba del todo bien en el planeta, con todo lo de Corea y ese tipo del Departamento de Estado cada dos por tres en la televisión.
Lo cierto es que los días antes de despegar, la realidad inmediata parece sólo una alucinación vaga que te rodea. Algunos tripulantes habían firmado cosas en ese estado casi enajenado, para descubrir horrorizados las consecuencias una vez vueltos a la tierra: divorcios, seguros dentales...
En el Programa nadie lo ignoraba, así que se seguía el mismo protocolo que los médicos utilizaban con los sedados con ketamina: nada de estímulos externos, especialmente familiares, política, deportes...
Además, a ninguno de los tripulantes les interesaban mucho las noticias. Abby venía de una familia libertariana de derechas... no es que se fuera a echar al monte con un fusil y latas de comida, pero bueno, tampoco se podía hablar con ella de ciertos temas.
En cuanto a Victor Serge, toda la discusión para el giraba en torno a que "todos los políticos son unos...". El resto de la frase, según él, no tenía traducción fuera del ruso.
Ya habían reentrado en la atmósfera, y todo había salido a la perfección. Morgan estaba repasando los distintos indicadores de temperatura, cuando Serge anunció que lo había logrado y las comunicaciones estaban restablecidas.
Al otro lado, el controlador siempre se dirigía a Morgan como "Señor". Militar. Algo no iba bien.
Siguiendo las instrucciones, Abby situó la nave en la pista, y suavemente tomaron tierra.
(continuará...)
0 comentarios